Carlita, esta pequeña soñaba con regresar al estadio monumental al que asistía con su papito todos los domingos antes de que él falleciera y la barra del ídolo como ella llama a su equipo, le permitió disfrutar al máximo este día especial.

Ese día no solo compartió con los jugadores, sino que también pudo corear cada una de las canciones de la barra, y disfrutar de una tarde llena de dulces dese una suite apreciando cada minuto del partido, y recordando cada momento vivido con su papá.

Estamos seguros de que Carlita vivió ese día lleno de mucha adrenalina y emoción como solía suceder cuando asistía con su papito.

Cada sonrisa cuenta.